El 29 de mayo de 1919, un grupo de voluntariosos y entusiastas sastrenses, funda el Club Atlético Sastre. El hecho ocurrió en un bar ubicado frente a la Plaza Independencia. Se trataba de un bodegón regenteado por un italiano de apellido Berto, situado en un pequeño local frente a donde funcionó por años la Farmacia del Inca, en la intersección de Av. General López y J. de Ortiz. Ese día, se resolvió la creación de una entidad cuya principal actividad deportiva sería el fútbol y la elección de los colores que la representaría.
Serían similares a los de la enseña nacional. Quizá porque estaban guarecidos bajo un cielo diáfano y envolvente; tal vez porque los embargaba una ilusión sin parangón de cara al futuro o acaso motivados por una fervorosa afición patria; lo cierto es que esa tarde adoptaron las tonalidades blanca y celeste. Razón por la cual, en ese mismo instante, comenzó a adosarse, a cuanta actividad se desarrollara en la entidad, el vocablo albiceleste.
Esa tarde, además, mientras se apilaban las tazas de café sobre las mesas, las personas presentes, eligieron la primera Comisión Directiva, encargada de dar los pasos inaugurales en la fundación del organismo. Dicha Comisión Directiva primigenia estuvo integrada por:
- Presidente: Antonio Verderone.
- Vicepresidente: Pedro Verderone.
- Secretario: Bernardo Rosso.
- Prosecretario: Antonio Garino.
- Tesorero: Valentín Beretta.
- Protesorero: Juan Pepino.
- Vocales: Belisario Belotti, Luis L. Porta, Ernesto Bongianni, Antonio Novasio y Mateo J. Ferrero.
Estos hombres fueron los que dieron el puntapié inicial que permitió que el club alcance su promisoria actualidad. Esos socios fundadores tuvieron empeño, temperamento, perseverancia, ingenio, voluntad de hacer; la argamasa apropiada para cimentar un sueño de conjunto que imaginaron franqueando el umbral de los cien años de vida. Semejante desafío sólo es explicable desde la pasión. Esa misma que afloró un 29 de mayo de 1919. Sin tiempo que perder, se lanzaron a construir una utopía.
En septiembre de 1941 se produce un hecho que implicó un crecimiento institucional de suma importancia. Ese año, se fusionan con el Club Atlético Sastre las entidades Atalaya Club, Lawn Tenis Club y Juventud Unida. De esta forma, la renovada institución no sólo incorpora nuevos bríos y adherentes; sino que a la disciplina tradicional del club, el fútbol, se le suman el tenis y el básquetbol. Dos actividades también muy caras al sentimiento académico.
En la etapa previa a dicha unificación, la convivencia entre las diferentes asociaciones deportivas no era de la mejor y un creciente disgusto entre todas ellas iba tomando cuerpo. Temerosos de que este clima culmine en una rivalidad irreversible, un grupo de personas pertenecientes a las cuatro instituciones, promovió una reunión con el propósito de aunar criterios y confluir en un solo ateneo deportivo. Los encuentros fueron varios, hasta que se acordó la integración en instalaciones y nombre del Club Atlético Sastre, por ser la formación deportiva decana en la localidad.